jueves, noviembre 09, 2006

Ambulanciazo ¿Nueva modalidad de "piqueterismo empresarial" a falta de comunicación y diálogo con el gobierno argentino?

Por Eduardo Zukernik / Revista Imagen

Uno de los sectores que más sufrió las consecuencias de la crisis de 2001 irrumpió en el escenario céntrico el martes pasado y, al son de las sirenas de sus ambulancias, plantó un nuevo mojón en la ya folklórica modalidad de reclamo nacional, consistente en cortar el tránsito, bloquearlo o simplemente embotellarlo para llamar la atención de medios de comunicación, autoridades y público, en torno a sus demandas económicas.

Los empresarios de la salud, que de ellos se trata, afirman que en los cuatro últimos años cientos de entidades del sector quebraron o entraron en concurso y que por ello necesitan que el gobierno escuche sus reclamos. Hoy uno de cada dos argentinos se atiende en ese sistema de salud a través de la medicina prepaga o de las obras sociales.

Convertir al empresariado en un sector piquetero más podría ser un arma de doble filo por las repercusiones negativas entre los fatigados automovilistas y transeúntes porteños, sin embargo, expertos en comunicación no dudaron en afirmar que la estrategia es de probada eficacia.

Representantes de clínicas, sanatorios y empresas de emergencias médicas realizaron esa ruidosa marcha con ambulancias hasta el Ministerio de Salud de la Nación , para denunciar la crisis de financiamiento que enfrenta el sector. Un centenar de ambulancias se desplazó desde avenida San Juan y 9 de Julio hacia la cartera sanitaria, en pleno centro de esta Capital, que produjo un serio embotellamiento de tránsito, que perduró por horas. El motivo de la protesta fue destacar que las empresas del sector no pueden seguir operando con aranceles tan retrasados.

La marcha fue convocada por entidades del sector prestacional de servicios de salud (ADECRA, ACLIFE, Cepsal y FEM).

La semana anterior, un intento de las empresas de medicina prepaga de instalar en los medios la necesidad de un aumento fue tajantemente descartado por el gobierno del presidente Néstor Kirchner.

Federico Rey Lennon, director de la carrera de Comunicación Publicitaria e Institucional en la UCA y anteriormente asesor de algunas de las cámaras de prestadores de servicios médicos que ahora participaron en la protesta, en diálogo con revista Imagen consideró que "la protesta en estos días es un hecho más de la nueva modalidad callejera que se ha instalado en la Argentina. Hace unos años este movimiento se inició con "piqueteros reales, marginales", ahora otros sectores están adoptando la misma metodología, la misma estrategia hasta convertirse en un evento mediático"

Para Ariel Sujarchuk, cuya consultora, Choice, atiende a clientes prestadores de medicina privada como ADECRA, y se encontró en la línea del frente en la organización de la protesta mediática, el ambulanciazo buscó "hacer conocer la necesidad del empresariado de ser escuchado".

Es que después de difundirse la desautorización de la ministra Felisa Miceli a los aumentos anunciados por las empresa prepagas, los prestadores que realmente atienden a los pacientes en sus centros de diagnóstico, en los traslados, y en los sanatorios y clínicas, quedaron convertidos poco menos que en el jamón del sándwich.

La evaluación del experto tras la caravana de más de cien ambulancias recorriendo el Obelisco, pareció confirmar el rumbo elegido: "El impacto sin dudas fue altísimo -aseguró Sujarchuk-.fue tapa de diarios, salió en casi todos los medios en vivo. Sin embargo aclaró, que siempre fueron escuchados por el Gobierno, solo que ahora "pasaron a exigir medidas dentro de un plan".

Para Rey Lennon aún no se analizó con exactitud esta protesta, pero consideró que es parte de un gran reclamo "por lo que no creo que existan muchas posibilidades de que el Gobierno afloje y, si lo hace, estimó que "no hará cambios de más del 20 por ciento".

Repasando el auge de las protestas sectoriales con demostraciones en vivo, donde en el sector empresarial los productores agropecuarios fueron pioneros, Rey Lennon cree que esta modalidad, que parece haber llegado para quedarse, tuvo un primer momento con los desocupados, luego le siguieron los grupos ecologistas, a continuación los del tercer sector (las ONGs) y ahora también los empresarios.

Aunque Rey Lennon reconoce el riesgo del efecto bumeran entre el público que padece los cortes, aclara que "si bien están al borde de lo legal, lo cual es un componente positivo para la cobertura mediática que adquieren, siempre despiertan la vulnerabilidad del resto de los ciudadanos pero se trata de lograr el respeto mutuo".

Por su parte Sujarchuk cree que este reclamo es una demostración de que "se puede comunicar y de que se pueden obtener objetivos" pero, contemporizó, "esperamos que nunca se instalen este tipo de manifestaciones y agregó para diferenciar: "Igualmente, siempre hay dos líneas, los que utilizan esta metodología como última opción y aquellos que la utilizan "porque si", sin haber aplicado otros medios"

Mientras las prepagas comunicaron a sus afiliados que el año próximo aumentarán entre 18 y el 23 por ciento los abonos mensuales en cada cobertura, la AFIP señala que las Obras Sociales desde 2002 recibieron un 139 por ciento de aumento en los fondos que reciben y, el número de beneficiarios solo aumentó el 7,2 %.

El intríngulis está en pleno debate. Los unos y los otros buscan mejorar su participación en la distribución de los fondos que se destina al sistema de salud privada. Por ahora el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, se comprometió a estudiar el aumento de los costos, sector por sector, pese a la diatriba contra las prepagas ante los medios, una decisión que algunos observadores atribuyen al ambulanciazo, entre otros factores. Entretanto, los prestadores directos del sistema ya demostraron que aprendieron a comunicar sus reclamos en la escuela de los piqueteros. Y en el mercado de las PR corrió la pregunta de si esa podría ser una opción al fin de comunicación empresaria con un gobierno que ha decidido no dialogar con el empresariado, como lo demostró días después la ausencia total de funcionarios en el tradicional Coloquio de IDEA.