lunes, diciembre 22, 2008

Obesos y famélicos: contradicciones de la globalización

Acabo de leer un fragmento del libro Obesos y famélicos (Marea) del economista británico Raj Patel en el cual analiza las consecuencias de la globalización en los sistemas de producción y comercialización de alimentos. Me pareció relevante transcribir algunos párrafos. En momentos en que se acerca el fin de año y las fiestas navideñas es un texto que llama a la reflexión.


"La humanidad produce actualmente más alimentos que en toda su historia, y sin embargo una cifra superior al 10 % de la población padece hambre. El hambre de esos 800 millones de personas ocurre al mismo tiempo que otro récord histórico: mil millones de seres humanos sufren hoy en día de sobrepeso.


El hambre y el sobrepeso son síntomas de un mismo problema. (...) Los obesos y los famélicos están vinculados entre súper las cadenas de producción que llevan los alimentos desde el campo hasta nuestra mesa. Guiadas por su obsesión por los beneficios, las grandes corporaciones que nos venden comida delimitan y constriñen nuestra forma de comer y nuestra manera de pensar en la comida. En los puntos de venta de comida rápida es donde con mayor claridad se ven las actuales limitaciones, pues allí apenas podemos elegir el McNugget y el McMuffin. Pero aun cuando creemos encontrarnos lejos del ámbito de Ronald McDonald también hay limitaciones ocultas y sistémicas."


"Los intereses de las empresas que producen alimentos tienen ramificaciones que van mucho más allá de lo que nos ofrecen los estantes del súper. Son esos intereses los que generan el olor a podrido en el corazón mismo del sistema alimentario actual."


"La forma de comer alternativa a como lo hacemos actualmente promete solucionar el tema del hambre y las enfermedades relacionadas con la dieta mediante una manera de nutrirnos y de cultivar alimentos ecológicamente sostenible y socialmente justa. Entender qué problemas plantea el modo en que se cultivan los alimentos y cómo se ingieren también ofrece la clave para una mayor libertad y un camino para recuperar el placer de comer. Tan urgente es la tarea como enorme el premio."


"La abundancia relativa de los estantes, los aparentemente bajos precios en la caja y la casi constante disponibilidad de alimentos son nuestra compensación. La 'comodidad' nos mantiene anestesiados como consumidores. Así es como nos disuaden de hacer preguntas comprometedoras, no sólo cómo han sido manipuladas nuestras preferencias y nuestros gustos individuales, sino cómo es que nuestra libertad de elección en el momento de llegar a la caja elimina la libertad de elección de las personas que cultivan nuestros alimentos."

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy buena observación del economista. Gracias por subirlo.
Excelentes imágenes de Botero.