No tuve mucho tiempo para escribir en estos agitados días. Les acerco unas breves reflexiones sobre el conflicto que enfrenta al gobierno argentino y los productores agropecuarios que están bloqueando las rutas desde hace 17 días.
En cuanto a la comunicación del gobierno señalaría lo siguiente:
1. Deberá aprender a escuchar activamente al otro, este gobierno ha demostrado una gran dificultad en su capacidad de escucha activa del entorno (fruto, quizás, de la soberbia con que actúa) de hecho ya en los resultados de la última elección se podía leer claramente el rechazo de la clase media urbana que protagoniza en estos días los cacerolazos;
2. Esa escucha activa es la que le podría haber anticipado que este conflicto no iba a ser tan sencillo de resolver, y que el campo esconde realidades muy heterogéneas que escapan a los estereotipos setentistas;
3. El gobierno abusa de los términos descalificatorios para con quienes participan de la protesta, e inserta esta protesta en una dialéctica de buenos y malos cargada de ideología. De hecho les endilgó a los vecinos autocombocados de la ciudad de Bs. As. el mote de golpistas asociándolos con la cruenta dictadura que comenzó en 1976. Por supuesto, obvió cualquier referencia a las cacerolas que voltearon al radical Fernando De la Rúa. Este tipo de discursos, cargados de dialéctica ideológica, demuestra su falta de comprensión de los fenómenos sociales que le son adversos;
4. No se puede soslayar que tras la suba de las retenciones hay un intento claro del gobierno de hacerse de fondos que no son coparticipables con las provincias, lo cual acrecentará la discrecionalidad con que hasta ahora ha comprado voluntades. Esta es la razón última de todo este conflicto y de la negativa a negociar de Cristina;
5. y por último, si primara la racionalidad política y la institucionalidad, en esta oportunidad más que confrontar sería necesario negociar.
Ante este panorama adverso, el campo se constituyó en el primer sector en desafiar a los esposos Kirchner. Para ello adoptó la "modalidad callejera de la protesta como estrategia para convertirse en evento mediático" lo cual trae aparejado un serio problema: ante la negativa del gobierno de negociar sobre bases concretas ¿seguirá el campo agudizando su protesta? Protesta que, por otra parte, afectará cada vez más a otros sectores productivos del país y a la misma población urbana que hoy los apoya.
Es evidente que el gobierno, sabiendo esto, forzará las cosas para provocar que el campo deba levantar su protesta y así sentarse en la mesa de negociación debilitado. El gobierno al darle la anuencia a las patotas para "recuperar" la Plaza de Mayo y amedrentar a las clases medias porteñas y a los camioneros de Moyano para romper el bloqueo de las rutas, demostró que está dispuesto a todo para salir lo más indemne posible de este conflicto y evitar que otros dirigentes puedan utilizar esto en su beneficio. Y aquí la retórica gubernamental es una retórica de los hechos.
En cuanto al papel de los medios, estos se reparten claramente entre aquellos que le deben prebendas al gobierno, y por eso acallan las señales de la protesta, y los menos que toman posturas claras de apoyo al campo. La gigantesca caja en la que descansa el poder Kirchnerista da sus frutos, al comprar el favor de cierta parte del periodismo nacional. Y esa caja crece con la suba de las retenciones...
De esta manera observamos como el espacio público se ha convertido en un campo de batalla. Espero que en la Argentina prime una vez la cordura.
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