El poder del petróleo
By Mauricio De Vengoechea
Para nadie es un secreto que el petróleo ha terminado por convertirse en uno de los temas de mayor impacto en la agenda global y nada hace pensar que su poder disminuya en el futuro próximo.
La enorme dependencia que de este recurso tienen un sinnúmero de países, tanto productores como consumidores, desarrollados como en vías de desarrollo, convierte al petróleo en un elemento central de los intereses de la geopolítica mundial.
Para muchos países poderosos y desarrollados como es el caso de los Estados Unidos, el petróleo constituye una fuente irremplazable, al menos en el corto y mediano plazo, para responder a las demandas de generación de energía y de movilidad.
Para otro número no menos importante de países, el petróleo es un recurso que impacta de manera negativa, ya que la cuota petrolera llega a representar más del 40% de sus frágiles economías.
La importancia del petróleo ha llegado a tener tal influencia, que las fluctuaciones de su precio por barril en las transacciones económicas mundiales en 2008, superaron el precio de 140 dólares por barril (que es como se mide); y en solo cuatro meses el precio bajó a 44 dólares, algo que ni el aumento de la mayor demanda generada por China e India, ni la caída en la producción de algunos países como Venezuela, ni el retraso en la modernización de refinerías, permite explicarlo.
Solo la existencia de una especulación financiera sobre las ventas a futuro de este recurso natural, en la que los especuladores ofrecen un producto que nunca van a entregar y los compradores adquieren uno que nos les interés recibir, explica semejante fluctuación de precios.
Lo grave, es que lo peor parece estar por venir. Los acontecimientos surgidos en el Medio Oriente y el Norte de África, que hoy tienen a Libia, -importante país petrolero-, en medio de una guerra civil, así como los efectos radiactivos con ocasión de la explosión de la planta nuclear de Fukushima, surgidos como consecuencia del reciente terremoto sufrido en el Japón, harán que el mundo vuelva a mirar hacia el petróleo como la mejor y más segura fuente de energía, al menos en el futuro próximo.
Con lo ocurrido en Japón, la energía nuclear seguramente será revaluada y las fuentes alternativas tomarán décadas antes de ser una opción válida.
Si además de todo, la estabilidad social y política empeora en los países productores del crudo, como bien podría suceder, entonces el petróleo volverá a ser considerado como el “Oro Negro” y su valor podrá alcanzar niveles nunca antes vistos, generando un impacto altamente negativo sobre la economía, cuando apenas comenzamos a ver la luz al final del túnel al que fuimos obligados a entrar, con motivo de la peor crisis económica mundial que hemos vivido.
Acerca del autor:
Mauricio De Vengoechea es un reconocido consultor político con más de 25 años de experiencia como estratega, experto en manejo de crisis políticas y comunicación de gobierno. Actualmente se desempeña como Managing Partner de Newlink Political.
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