Rey Lennon Observer es una forma de compartir mi visión del mundo de las comunicaciones corporativas, las relaciones públicas y el marketing. Inspirado en Contact, la primera publicación sobre PR, creada por Doris y Edward Bernays en los años 1930's, intentará mostrar la realidad cotidiana a través de la lente de la comunicación incorporando las nuevas tecnologías.
martes, febrero 26, 2013
Lorenzo Blanco, uno de los precursores de las PR en Argentina
Tuve el enorme gusto de conocer a Lorenzo Blanco, que nos ha dejado el lunes pasado, y compartir con él un par de excelentes charlas sobre nuestra querida profesión. Uno de los verdaderos pioneros de las RR.PP. en la Argentina merece un pequeño homenaje en este blog. Por eso, tomaré prestado el texto que publicó la profesora Paola Lattuada en el Update de la Revista Imagen.
Una foto de mi archivo: En el 2006 Lorenzo Blanco y Edgardo Frola cuando desde el Consejo Profesional de RR.PP. le otorgamos el premio a la trayectoria.
Por Paola Lattuada *
El lunes 25 de febrero falleció Lorenzo Blanco. Uno de los pioneros de las Relaciones Públicas en la Argentina y recordado por miles de relacionistas públicos que estudiaron con su libro sobre planificación de las RR.PP. cuando era docente de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE).
Blanco era un precursor que marcó un camino desde hace casi un siglo. Un prócer para algunos. Una institución para otros. Para todos, un referente indiscutido de esta profesión.
Con una prolífica carrera profesional, se desempeñó en el ámbito privado y público. Como asesor –al frente de Lorenzo Blanco & Asoc.- y a cargo del área de Relaciones Públicas de empresas nacionales e internacionales en los tiempos más incipientes de la profesión –Ford Motor Argentina, Metrogas, Esco S.A, La Cantábrica-. En el ámbito oficial, fue jefe de la Secretaría de Relaciones Económico Sociales, y Director de Asuntos Socioculturales de la Secretaría de Planeamiento de la Presidencia de La Nación. También, fue Asesor de Relaciones Públicas de la Secretaría de Prensa y Difusión de la Provincia de Buenos Aires.
De la mano de su trayectoria profesional desplegó un gran compromiso, el que solo los grandes suelen tener, movidos con esa pasión que Lorenzo transmitía: el amor por la profesión. Así se involucró con el ámbito las Relaciones Públicas desde todas las áreas posibles. Por un lado, desde las organizaciones que promueven su desarrollo. Como la AARP (Asociación Argentina de Relaciones Públicas), la FIARP (Federación Interamericana de Asociaciones de Relaciones Públicas), IDEA y el CONFIARP (Confederación Interamericana de Relaciones Públicas). Presidiendo y liderando lo concerniente a la profesión. También, como Socio Honorario y Consejero Consultivo del Consejo de Relaciones Públicas de la República Argentina. Y en el ámbito internacional, como Delegado Argentino en la Reunión del Consejo Económico-Social de la OEA en Washington y miembro del Internacional Public Relations Group of Companies con sede en Tokio.
Y también en el ámbito académico, donde dejó su huella “evangelizando” a lo largo de generaciones enteras, cuyas prédicas PR aún resplandecen en las aulas de los que se están formando. Y su energía le alcanzó para escribir varios libros, que se convirtieron en literatura obligada en la materia, con su “Planeamiento en Relaciones Públicas”, indispensable en cualquier cátedra. Y por supuesto, también recibió numerosas distinciones y premios, de mano de gobiernos e instituciones nacionales e internacionales.
Sin embargo, hay una entrevista, que le hice a Lorenzo hace casi cuatro años. Un lunes 16 de marzo de 2009, cuando él ya se estaba corriendo de la escena pública, y como broche de oro de uno de mis libros PR, decidí invitarlo a participar para que nos compartiera su experiencia y recomendaciones. Aún lo recuerdo, -llegando impecable- con esos modales de los relacionistas públicos de raza. Y esa energía, que era una fuente inagotable que como un imán, cautivaba con su experiencia y conocimientos.
Así supe que en nuestro país -hace un siglo- el área recibía el nombre de “Información a la Gente”, entre otros. Y contó porqué Argentina fue sede de la primera oficina de Relaciones Públicas de algunas empresas internacionales, ya que la corriente inmigratoria del país ofrecía una interesante representación europea. Y esto no solo condicionaría nuestra idiosincrasia, sino también los inicios de nuestra profesión.
En esa reunión, Lorenzo situó el primer uso del término Relaciones Públicas en 1857, por un profesor de la Universidad de Yale. Y luego, en Estados Unidos a principios de 1900, los inicios con Ivy Lee y la primera Oficina de Información Pública, en un mundo que –al igual que hoy- se presentaba convulsionado. Y con Bernays, en 1920, con su cátedra de Asuntos Públicos de la Universidad de New York.
Y delineó cómo era hacer Relaciones Públicas en la Argentina de hace un siglo. Las importaciones de Ford y los primeros esbozos de las Relaciones con la Comunidad. La famosa Argentina del “granero del mundo”. El florecimiento de las empresas. General Motors, Fiat. YPF, Shell, Standard Oil y la lucha de la nacionalización del petróleo. Y este movimiento de empresas en ese contexto mundial, junto a un gran auge de los medios de comunicación en el país, fue sembrando un terreno fértil para el desarrollo de la profesión. Y los precursores. De quienes él mismo aprendió los primeros pasos de la esta profesión.
Y el punto de inflexión en 1963, cuando localmente se empezó a gestionar la ley universitaria en RRPP. Y la UADE –Universidad Argentina de la Empresa- la primera casa de estudios que logró oficializar el programa y de donde surgieron los primeros profesionales. Y luego, su incansable trabajo en otras tantas instituciones.
Recuerdo su brillantez. Ese don que tienen los grandes para articular lo macro, lo micro y lo específico. Su visión de la profesión hoy y los desafíos: “Ahora se está conformando una nueva etapa, un mundo más difícil. Vamos a necesitar que el relacionista público esté muñido de todos los elementos para defender la posición que ganó la carrera. Se van a encontrar con buenos y malos relacionistas. No se dejen llevar por los malos, traten de aprender lo bueno, y lo necesario, porque las Relaciones Públicas son hermosas como profesión porque se vinculan íntimamente con el espíritu de la gente. No queramos de entrada ser Almirantes, sino primero hay que ser grumetes. Hay que asimilar todo lo que se nos presente, hay que ser como las ventosas, estar siempre dispuestos a absorber todo lo que nos den, siempre, tener una sed, un hambre de conocer las cosas al máximo… las Relaciones Públicas hay que empezar explicándolas y hay que defenderlas”.
* Paola Lattuada es consultora independiente y le realizó una extensa entrevista a Lorenzo Blanco para la Universidad de Palermo en 2009.
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