miércoles, febrero 13, 2013

¿Por qué no creemos en las razones de Benedicto XVI al renunciar a su papado?

Ante la reciente y sorpresiva renuncia de SS Benedicto XVI al papado, y al ver tantas notas, posteos y Twitts sobre el tema repitiendo ad infinitun las más diversas elucubraciones, recordé unas palabras de Umberto Eco. Revolviendo mi biblioteca (soy un hombre del libro lo reconozco) encontré el párrafo. Se trata de una reflexión, puesta en boca de uno de sus personajes, en la novela "El péndulo de Foucault" (1997).


Creo que son palabras que ayudan a iluminar lo que nos pasa habitualmente a los seres humanos ante acontecimientos que no podemos explicar.

Dice Eco: "Cuidado con las simulaciones, todo el mundo se las toma en serio. La gente no creyó a Semmelweis cuando trataba de convencer a los médicos de que se lavaran las manos antes de tocar a las parturientas. Decía cosas demasiado simples. La gente cree al que le vende la loción para curar la calvicie. Algo les dice que ese individuo combina verdades que no se pueden combinar, que no razona correctamente ni tiene buena fe. Pero toda la vida han oído decir que Dios es complejo, e insondable, de modo que para ellos la incoherencia es lo que más se parece a la naturaleza divina. Lo inverosímil es lo que más se parece al milagro."

Decir, como expresó el Papa, que renuncia porque no posee ya ni las fuerzas físicas ni espirituales para ejercer un cargo que exige tamaña energía y responsabilidad es una explicación demasiado simple y lineal, extremadamente verosímil en una persona de avanzada edad y con problemas evidentes de salud. Mejor es inventar una trama secreta de presiones e intereses, un conflicto oculto en el Vaticano, obispos y cardenales conspirando tras bambalinas. En definitiva las teorías conspirativas rinden, siempre generan miles de fervientes lectores dispuestos a creer con fe en la trama oculta de la historia...

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