Una de esos acontecimientos trágicos que uno lee despreocupadamente en el diario o ve en el noticiero de TV, se indigna pero guarda en el fondo la sospecha que viviendo donde uno vive (Recoleta) no le va a pasar nunca.
Me junte con tres de mis hijos para cenar y ver el olvidable partido de Argentina y Brasil.
Pues bien, en el entretiempo, mi hijo mayor salió para juntarse con sus amigos y yo me metí en el baño. Al cabo de un par de minutos escuché la voz de mi hijo que volvía y me decía: "Papá es un robo no salgas del baño". A partir de ahí una pesadilla, ver a dos jóvenes con armas en tu propia casa pidiendo a los gritos plata y joyas y a tus hijos amenazados. Culatazo en la cabeza para amedrentar, sangre cayendo por tu cara, el temor de qué pasa con tus hijos en el otro cuarto y el deseo profundo de que todo acabe pronto...
Y luego de una frenética lucha "discursiva" con los chorros explicándoles que no había nada (se llevaron los celulares y la play de los chicos), cuando se van, uno termina agradeciendo que solo tenga la cabeza partida.
Grandes ciudades, grandes violencias. Buenos Aires te mata, decía una columna periodística, y si no te mata por lo menos te lo hace sentir.
3 comentarios:
Un abrazo Fede.
Es indignante leer esto y es como decis Fede....uno piensa q nunca le va a tocar, pero este país la cosa esta cada vez peor...asusta!
¡Hola,Federico!
Llegué a tu blog por deriva, como suele suceder, y leo lo que te pasó.
Lo lamento, y me alegro de que no haya sido peor. Acabo de leer la nota del chico de Tigre, que murió en brazos de su mamá, tras un robo en el que no se resistió.
Saludos,
marita
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